5 abr 2020

Domingo de Ramos


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Meditación Semana Santa

Introducción
Una año más, llegamos al momento más importante de la vida cristiana: la Semana Santa, en la que vivimos y acompañamos de manera especial a Jesús en un tiempo único, diferente, en el que celebramos su muerte y resurrección.
Sin resurrección no hay cristianismo. Sin vida eterna no hay salvación. Sin la confianza en la Palabra de Dios, vanas son nuestras pretensiones. Muchas veces se nos pasa por la cabeza si tiene sentido todo lo que vivimos, todo lo que sufrimos, todos los desencantos de este mundo. Se nos pasa por la cabeza preguntarnos si merece la pena vivir así, si no sería mejor que todo terminara pronto. Jesús tuvo los mismos pensamientos y se hizo casi las mismas preguntas. De hecho, no quería pasar por el sufrimiento que le esperaba. Rezaba al Padre para que le librara de ese momento, pero viendo que tenía que ser así, lo aceptó y lo sufrió.
Toda la vida de Jesús se basó en la obediencia al Padre. En hacer su voluntad. En alabar a Dios. Por eso vamos a comenzar con un canto de alabanza a Dios, a Jesús.
Canto de entrada: “Vine a alabar a Dios”
     Vine a alabar a Dios,
      Vine a alabar a Dios,
      Vine a decir su nombre,
      Vine a alabar a Dios.

El vino a mi vida en un día muy especial,
Cambió mi Corazón,
Por un nuevo corazón.
Y esta es la razón por la que digo que
Vine a alabar a Dios.



Y tras este canto de alabanza comenzamos las distintas estaciones que nos van a ayudar a vivir la Semana Santa.

1ª estación: Domingo de Ramos, entrada en Jerusalén
“Cuando se acercaba a Jerusalén, a la altura de Betfagé y Betania, junto al monte de los olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos con este encargo:
-Id a la aldea de enfrente. Al entrar en ella, encontraréis un borrico atado, sobre el que nadie ha montado todavía. Soltadlo y traedlo.
Llevaron al borrico, echaron sus mantos encima y Jesús montó sobre él. Muchos tendieron sus mantos por el camino y otros hacían lo mismo con ramas de olivo que cortaban en el campo. Los que iban delante y detrás cantaban”.

Canto: Hosanna
Hosanna, hosanna, hosanna,
hosanna, hosanna en el cielo. (Bis)

Al tiempo de la Pascua se acercó a Jerusalén. Hosanna.
Entró por las murallas la ciudad se puso en pié. Hosanna.
Bendito el que viene en nombre del Señor, en nombre del Señor.
Con himnos de alabanza despertó Jerusalén. Hosanna.
Los niños por las plazas le aclamaron como Rey. Hosanna.
Bendito el que viene en nombre del Señor, en nombre del Señor.
Con salmos y con palmas recibieron al Señor. Hosanna.
Vestido de esperanza acudió a la cita el sol. Hosanna.
Bendito el que viene en nombre del Señor, en nombre del Señor.
El Domingo de Ramos, Jesús entra en Jerusalén aclamado como rey, como Mesías, como salvador. Si puedes cierra por un momento los ojos, imagínate que estás ahí, en medio de la multitud aclamando a Jesús. Qué le dirías si te mirara y pudiera oírte, qué pensarías, cómo le mirarías tú.
Patricia Córdoba

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