Meditación Semana Santa
3ª
estación: Coronación de espinas, Muerte de Jesús
“Los soldados del gobernador
llevaron a Jesús al pretorio y reunieron en torno a Él a toda su tropa. Lo
desnudaron y le echaron por encima un manto de color púrpura; trenzaron una
corona de espinas y se la pusieron en la cabeza, y una caña en su mano derecha;
luego se arrodillaban ante él y se burlaban diciendo:
- ¡Salve, rey de los judíos!”
Canto: “Ante quién se vuelve el rostro”
S. No hay en Él parecer. No hay hermosura
que atraiga las miradas. No hay en Él
belleza que agrade.
Despreciado, desecho de los hombres,
varón de dolores, conocedor de todos los quebrantos.
A. ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO
S. Pero fue Él el que cargó con los pecados.
Pero fue Él el que cargó con los dolores.
A. TODOS NOSOTROS ANDÁBAMOS ERRANTES.
MALTRATADO, MAS ÉL SE SOMETIÓ.
NO ABRIÓ LA BOCA,
COMO CORDERO LLEVADO AL MATADERO.
ANTE QUIEN ... ¡MALTRATADO! ¡MALTRATADO! ¡MALTRATADO!
No hay
palabras para expresar la injusticia que se cometió con el Hijo de Dios. Hoy se
repite una y otra vez esta injusticia. En los olvidados, en los marginados, en
los torturados en… todas aquellas personas en quien estéis pensando en estos
momentos. Jesús en su sufrimiento acoge a todos y cada uno de estos hermanos
nuestros. Pon palabras, nombres y entrégale a Jesús todas esas personas que
conoces o que has visto en la televisión,
has oído en la radio o te ha contado un vecino. Entrégaselas a Jesús, para que
las acoja y las consuele en su dolor. Jesús se entregó por todos y cada uno de
nosotros. Acogió nuestro sufrimiento.
Cantemos al Amor de los Amores
Cantemos al Señor,
Dios está aquí, ¡venid adoradores,
Adoremos,
¡A Cristo Redentor!
¡Gloria a Cristo Jesús!
Cielos y tierra, bendecid al Señor,
Honor y gloria a Ti, Rey de la gloria,
Amor por siempre a Ti,
¡Dios del Amor!
4ª estación: Muerte de Jesús Mc 15, 33-40
“Al llegar el mediodía, toda
la región quedó sumida en tinieblas hasta las tres. Y a eso de las tres gritó
Jesús con fuerte voz:
-Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado? […] pero Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.
La cortina del templo se
rasgó en dos de arriba abajo. Y el centurión que estaba frente a Jesús, al ver
que había expirado de aquella manera, dijo:
-Verdaderamente
este hombre era el Hijo de Dios.”
Canto: “Cantemos al amor de los amores”
Cantemos al Señor,
Dios está aquí, ¡venid adoradores,
Adoremos,
¡A Cristo Redentor!
¡Gloria a Cristo Jesús!
Cielos y tierra, bendecid al Señor,
Honor y gloria a Ti, Rey de la gloria,
Amor por siempre a Ti,
¡Dios del Amor!
Ante
semejante muerte, solo podemos hacer una cosa. Respetar el dolor del Padre en
silencio.
Patricia Córdoba
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