La vida misma
Llegaremos al último día con cicatrices
en la piel y en la memoria;
por los amores perdidos,
por las heridas sufridas
por los fracasos probados,
por las fiestas compartidas.
Llegaremos cansados,
habiendo gastado las fuerzas,
exprimidos los motivos
hasta la última gota.
en la piel y en la memoria;
por los amores perdidos,
por las heridas sufridas
por los fracasos probados,
por las fiestas compartidas.
Llegaremos cansados,
habiendo gastado las fuerzas,
exprimidos los motivos
hasta la última gota.
Llegaremos con la fe bandeada
en tormentas de incertidumbre
y distancia. Sin otro equipaje
que las manos amigas
que quieran sostener
nuestros pasos vacilantes.
Llegaremos sonriendo,
con la paz ganada
de quien ha amado mucho,
tratando de darlo todo.
en tormentas de incertidumbre
y distancia. Sin otro equipaje
que las manos amigas
que quieran sostener
nuestros pasos vacilantes.
Llegaremos sonriendo,
con la paz ganada
de quien ha amado mucho,
tratando de darlo todo.
Y si llegamos así
nos sentaremos, por última vez,
en Tu mesa,
para gritar con júbilo
que ha merecido la pena.
nos sentaremos, por última vez,
en Tu mesa,
para gritar con júbilo
que ha merecido la pena.
(José María Rodríguez Olaizola)
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