• Manejo de la información: Es importante informarnos pero no atiborrarnos leyendo estadísticas o analizando modelos matemáticos predictivos: “Esto puede ser muy angustiante, nos puede saturar. Recomiendo elegir un medio informativo en el que confiemos y dedicar un par de veces al día a informarnos. Y leer sobre otros temas para equilibrar la sobrecarga”.
• Higiene personal: “Aunque estemos en casa y se nos vea poco, es necesario ducharse, cambiarse, maquillarse y peinarse, si es lo que hemos hecho habitualmente. Es importante verse aseado y cuidar nuestra presencia”.
• Hacer deporte: Es necesario hacer estiramientos musculares y seguir una tabla de ejercicios físicos. “Es impresionante la cantidad de recursos que se están ofreciendo por la red. Pertenecer a una red de personas que se ha apuntado al mismo entrenamiento puede ser muy motivante”.
• Seguir una dieta óptima: Se debe cuidar la alimentación, parar y darse un tiempo para cocinar y comer de forma saludable. “Procura no hacerlo viendo la tele o leyendo las noticias. Siéntate a disfrutar. Puedes comer con personas queridas por videollamada”.
• Higiene del sueño: Es fundamental fijar horas para levantarte y para irte a la cama. “Si estás notando dificultades para dormir, disminuye el uso de bebidas excitantes y tabaco, así como el consumo de información, especialmente a partir de la tarde. En cambio, dedícate a actividades que sean útiles para relajarte”.
• Mantenerse activo en nuestros objetivos: La ruptura con nuestras actividades cotidianas es otra fuente de estrés, ansiedad, desconcierto y desorganización. “Poner en marcha la creatividad y pararse a pensar en nuevos modos de hacer nuestro día a día puede ser fructífero. Ahora toca alimentar nuestros propósitos porque siguen estando allí, tendremos que buscar nuevas formas de continuar con ellos”.
• Conexión social: Es preciso mantenerse conectados emocionalmente y cuidar nuestras relaciones. Aquí resultan básicas las tecnologías como las videollamadas. “No quiero dejar de insistir sobre la importancia de este modo de autocuidado”.
• Gestión de nuestras emociones: En este periodo es normal que las personas estén agobiadas, ansiosas, irritables, desconcertadas, confusas, tristes o preocupadas. “No hay nada malo en esto, lo anormal sería que a lo largo del día no nos visitaran pensamientos dolorosos o temores sobre lo que está ocurriendo”.
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